¿QUE PASARÁ?
No habrá Temporada Grande

Por: Rafael Anaya
@rana_72
29 DE NOVIEMBRE, 2022.
La Plaza de Toros México pasa por uno de los momentos más inciertos de su historia y por lo mismo el futuro de las corridas de toros y novilladas en la Alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México. Sabemos que debido a un recurso legal presentado por una ONG de dudoso origen, las corridas en La México están suspendidas por el momento. Una pequeña ONG ha tenido más fuerza que todo el aparato legal de la Empresa capitalina encabezada por una de las familias más influyentes y poderosas del país.
No han podido, (o no han querido), destrabar un asunto que viola las garantías individuales de los ciudadanos del libre albedrío y libre elección, porque a nadie se lo obliga a asistir a una corrida de toros, como tampoco se les obliga a ver series de televisión o películas que contienen una alta dosis de violencia, o de asistir a un partido de futbol donde cada vez hay más violencia en las gradas. Cada quien escoge qué ver y a dónde asistir para distraerse, o divertirse. Aun así, nuestra libertad de elección ha sido coartada por el 22 Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, argumentando el “derecho a un ambiente sano”, como si viviéramos en un país donde no existe la violencia en las calles y el peligro estuviera en los tendidos de la Plaza.
Ya han pasado seis meses desde que se suspendieron las corridas y en este tiempo la empresa ha tenido poca comunicación con la afición, sobre todo con los tenedores del derecho de apartado que tienen el derecho de saber la situación legal de su inversión, porque poseen un título que tiene un valor de mercado. No es una cortesìa de la empresa ya que cobran por cada renovación. Existe algún grupo de tenedores de derecho de apartado que haya interpuesto algún recurso legal contra la Empresa, o la susodicha ONG? ¿Algùn abogado los representa? . Están interesados en defender sus derechos (Derechos)? No lo sé, pero no he sabido de ningún aficionado que haya exigido una explicación por la vía legal.
Apenas hoy la Empresa emitió un comunicado informando que no será posible realizar la Temporada Grande 2022-2023 y por tanto no se renovará el Derecho de Apartado. Así, sin mayor información, ni explicación. Y el aficionado resignado a aceptarlo.
Pero la pregunta es más profunda y seria: ¿existe actualmente afición suficiente que asista tarde a tarde a llenar los tendidos y le devuelva la grandeza que merece? No. Las audiencias actuales en general están conformadas por una generación que lo tiene todo sin salir de casa y con una diversidad de opciones que hace 20 años no se tenía: cines de primer nivel, teatros con grandes producciones, conciertos espectaculares , Netflix , etcétera. La mayoría con tecnología de punta y con contenidos y producciones que se renuevan constantemente. Las corridas de toros se han quedado atrás y son un espectáculo arcaico y visualmente violento a los ojos de las nuevas generaciones que son los grandes consumidores hoy en día. Llevarlos a la Plaza tiene que ser por la emoción y expectación de asistir a ver una corrida de TOROS, y no por el atractivo de la venta indiscriminada de alcohol. Han ahuyentado al verdadero aficionado que prefiere ya no asistir a un evento que es todo menos taurino, (casinos, ferias y otras barbaridades), sumado a las tediosas tardes que no pasa nada. Para eso hay otros espacios, pero La Plaza México debe recuperar su exigencia, categoría y seriedad, empezando por el TORO BRAVO, y pensando también en la economía de las familias. En la mayoría de las Plazas las entradas son caras, además de sumarle los gastos de comida, bebida, transporte y hospedaje. Un espectáculo con precios populares no necesariamente tiene que ser de baja calidad, al contrario, la oferta tiene que ser atractiva y accesible, sobre todo en estos tiempos y puntualmente en los festejos taurinos, de lo contrario cada vez serán los menos quienes se interesen por asistir.
La profunda crisis por la que se atraviesa empezó hace años al encasillarse en lo mismo y con los mismos. Al ceder a las comodinas posturas de las figuras extranjeras y la sumisión de empresas y Matadores nacionales. Generaciones de toreros ignorados por las empresas solo para seguir con lo mismo de siempre. Ganado soso y descastado. La desaparición del toro en puntas, y el olvido de los exámenes post-mortem, entre otras cosas.
El enfoque está puesto en un público que vaya a la plaza, cosuma, no exiga (porque no conoce), se la pase medianamente bien, y regrese al año siguiente.
A OTRA COSA
Obligada por las circunstancias, o como estrategia, la Empresa ha optado por organizar otro tipo de eventos en el coso capitalino logrando grandes entradas y seguramente obteniendo mejores ingresos económicos que en toda la Temporada Grande. Como modelo de negocio lo entiendo perfectamente, porque es lógico buscar “productos” que sean redituables, pero lo mismo pasa en las Plazas administradas por el grupo Bailleres, ya sea en Aguascalientes, Irapuato o Monterrey, las corridas de toros están pasando a segundo plano para convertirse en centros de espectáculos.
El mensaje está más que claro: los toros cada vez interesan menos y sus signos vitales cada vez más débiles. ¿Qué pasará?
@rana_72
29 DE NOVIEMBRE, 2022.
La Plaza de Toros México pasa por uno de los momentos más inciertos de su historia y por lo mismo el futuro de las corridas de toros y novilladas en la Alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México. Sabemos que debido a un recurso legal presentado por una ONG de dudoso origen, las corridas en La México están suspendidas por el momento. Una pequeña ONG ha tenido más fuerza que todo el aparato legal de la Empresa capitalina encabezada por una de las familias más influyentes y poderosas del país.
No han podido, (o no han querido), destrabar un asunto que viola las garantías individuales de los ciudadanos del libre albedrío y libre elección, porque a nadie se lo obliga a asistir a una corrida de toros, como tampoco se les obliga a ver series de televisión o películas que contienen una alta dosis de violencia, o de asistir a un partido de futbol donde cada vez hay más violencia en las gradas. Cada quien escoge qué ver y a dónde asistir para distraerse, o divertirse. Aun así, nuestra libertad de elección ha sido coartada por el 22 Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, argumentando el “derecho a un ambiente sano”, como si viviéramos en un país donde no existe la violencia en las calles y el peligro estuviera en los tendidos de la Plaza.
Ya han pasado seis meses desde que se suspendieron las corridas y en este tiempo la empresa ha tenido poca comunicación con la afición, sobre todo con los tenedores del derecho de apartado que tienen el derecho de saber la situación legal de su inversión, porque poseen un título que tiene un valor de mercado. No es una cortesìa de la empresa ya que cobran por cada renovación. Existe algún grupo de tenedores de derecho de apartado que haya interpuesto algún recurso legal contra la Empresa, o la susodicha ONG? ¿Algùn abogado los representa? . Están interesados en defender sus derechos (Derechos)? No lo sé, pero no he sabido de ningún aficionado que haya exigido una explicación por la vía legal.
Apenas hoy la Empresa emitió un comunicado informando que no será posible realizar la Temporada Grande 2022-2023 y por tanto no se renovará el Derecho de Apartado. Así, sin mayor información, ni explicación. Y el aficionado resignado a aceptarlo.
Pero la pregunta es más profunda y seria: ¿existe actualmente afición suficiente que asista tarde a tarde a llenar los tendidos y le devuelva la grandeza que merece? No. Las audiencias actuales en general están conformadas por una generación que lo tiene todo sin salir de casa y con una diversidad de opciones que hace 20 años no se tenía: cines de primer nivel, teatros con grandes producciones, conciertos espectaculares , Netflix , etcétera. La mayoría con tecnología de punta y con contenidos y producciones que se renuevan constantemente. Las corridas de toros se han quedado atrás y son un espectáculo arcaico y visualmente violento a los ojos de las nuevas generaciones que son los grandes consumidores hoy en día. Llevarlos a la Plaza tiene que ser por la emoción y expectación de asistir a ver una corrida de TOROS, y no por el atractivo de la venta indiscriminada de alcohol. Han ahuyentado al verdadero aficionado que prefiere ya no asistir a un evento que es todo menos taurino, (casinos, ferias y otras barbaridades), sumado a las tediosas tardes que no pasa nada. Para eso hay otros espacios, pero La Plaza México debe recuperar su exigencia, categoría y seriedad, empezando por el TORO BRAVO, y pensando también en la economía de las familias. En la mayoría de las Plazas las entradas son caras, además de sumarle los gastos de comida, bebida, transporte y hospedaje. Un espectáculo con precios populares no necesariamente tiene que ser de baja calidad, al contrario, la oferta tiene que ser atractiva y accesible, sobre todo en estos tiempos y puntualmente en los festejos taurinos, de lo contrario cada vez serán los menos quienes se interesen por asistir.
La profunda crisis por la que se atraviesa empezó hace años al encasillarse en lo mismo y con los mismos. Al ceder a las comodinas posturas de las figuras extranjeras y la sumisión de empresas y Matadores nacionales. Generaciones de toreros ignorados por las empresas solo para seguir con lo mismo de siempre. Ganado soso y descastado. La desaparición del toro en puntas, y el olvido de los exámenes post-mortem, entre otras cosas.
El enfoque está puesto en un público que vaya a la plaza, cosuma, no exiga (porque no conoce), se la pase medianamente bien, y regrese al año siguiente.
A OTRA COSA
Obligada por las circunstancias, o como estrategia, la Empresa ha optado por organizar otro tipo de eventos en el coso capitalino logrando grandes entradas y seguramente obteniendo mejores ingresos económicos que en toda la Temporada Grande. Como modelo de negocio lo entiendo perfectamente, porque es lógico buscar “productos” que sean redituables, pero lo mismo pasa en las Plazas administradas por el grupo Bailleres, ya sea en Aguascalientes, Irapuato o Monterrey, las corridas de toros están pasando a segundo plano para convertirse en centros de espectáculos.
El mensaje está más que claro: los toros cada vez interesan menos y sus signos vitales cada vez más débiles. ¿Qué pasará?